El minimalismo es una corriente que se opone de manera frontal al consumismo exacerbado y tiene como objetivo simplificar al máximo nuestra vida, generando más espacio para nosotros y nuestros seres queridos. Se trata, en pocas palabras, de perseguir una vida más plena y satisfactoria no permitiendo que la obsesión por acumular bienes materiales drenen nuestra energía, nuestro tiempo y por qué no decirlo, nuestro dinero. A pesar del bombardeo mediático y cultural, más no es siempre mejor. Son muchas más las personas que han aprendido a disfrutar de poseer menos porque disponen de más tiempo y energía en perseguir las metas y objetivos que les hacen realmente felices. ¿No te ha ocurrido que, tras tirar una caja de trastos, has tenido un sentimiento inmediato de alivio o liberación?
Adoptar un estilo de vida minimalista persigue ser feliz con menos, pero no significa vivir como un espartano o un ermitaño en una cueva. Si bien existen minimalistas extremos que se han autoimpuesto vivir con un número límite de cosas, también es posible tener una buena casa, un coche, móvil, ordenador o consola de videojuegos y practicar el estilo de vida minimalista. ¿Cómo? Seguidamente lo veremos.
Cómo adoptar un estilo de vida minimalista: una hoja de ruta
- Céntrate menos en las posesiones materiales y no pierdas nunca de vista lo realmente importante: No podemos obviar que el dinero es algo necesario para darnos seguridad y confort, pero una vez satisfechas estas necesidades, no hay una correlación directa entre más posesiones y mayor felicidad. Los psicólogos Ed Diener y Robert Biswas-Diener afirman que, más que los ingresos absolutos, nuestras expectativas y actitudes con relación a lo material son las que tienen mayor impacto en la felicidad. La realidad es que estamos condicionados culturalmente para entrar en una absurda carrera de ratas (en la que cuanto más ganamos, más gastamos y más nos endeudamos) en la que la gente compite por tener más, pero esto no proporciona necesariamente la felicidad, ni llenarán carencias o vacíos existenciales porque no eres lo que tienes. Céntrate en lo que realmente hace feliz a las personas: la salud, los amigos, la familia, las relaciones sociales positivas, el altruismo, los hobbies y trabajos que te satisfagan.
- Haz balance de lo que tienes. ¿Cuántas cosas no usas nunca? ¿Cuántas cosas no sirven sino para ocupar espacio en tus armarios o trasteros? El minimalista cuestiona constantemente sus posesiones y se deshace de todo aquello que ya no usa o no significa nada para él. Todo lo que uses con frecuencia o haga tu vida más fácil es algo que puedes mantener.
- Pregúntate todo el tiempo: ¿Realmente necesito esto?: Examina tu escritorio, tu casa, tu trastero y pregunta si realmente necesitas esos objetos. Idéntica pregunta puedes hacerte cada vez que, de manera impulsiva, vayas a comprar algo.
- No le des demasiado poder a tus objetos: Un minimalista no venera las cosas materiales, no le da más valor o significado a un objeto que el que realmente tiene. Como todo objeto, es algo que puede ser reemplazado. Un minimalista disfruta de sus posesiones, pero sabe que no las necesita.
- Ten presente la ley de Pareto: Pareto fue un sociólogo y matemático que descubrió que el 20% de la población italiana poseía el 80% de la tierra. Esta regla se da también en muchos aspectos de nuestra vida. Hablando en general, el principio formula que el 20% (la regla es flexible, puede ser el 10%) de nuestro trabajo produce el 80% de nuestros resultados. Aplicada a la vida cotidiana, te darás cuenta de que el 80% del tiempo estás usando solo el 20% de tus cosas (Por ejemplo, seguramente la mayor parte del tiempo usas el 20% de tu ropa porque es la que mejor te sienta. Tus hijos casi siempre juegan con los mismos juguetes porque son sus favoritos…), por lo que, siendo consciente de ello, aprenderás a identificar ese 80% de cosas que solo sirven para ocupar espacio en tu casa y hacerte perder el tiempo.
- Recicla: Reciclar puede ser una forma muy divertida de introducirse en la vida minimalista. Muchos objetos pueden tener una segunda vida. Aprender a reparar cosas puede ser mucho más satisfactorio, gratificante -y barato- que sustituirlas. Si te gusta la decoración comprobarás que reciclar puede ser un arte muy creativo.
- Introduce los cambios poco a poco: Adoptar el estilo de vida minimalista no es para todos y requiere esfuerzo y compromiso con uno mismo. Para una transición más efectiva y duradera hacia el minimalismo, es mejor introducir pequeños cambios paulatinos en tu vida diaria en lugar de hacerlo de manera radical. Identifica todo lo que, inútilmente, ocupa tu espacio y tu tiempo. Establece tus propios objetivos desglosados en metas y anótalos.
Además de los obvios beneficios como ahorro, reducción de deudas, menos distracciones, menor estrés y mucho menos tiempo perdido en limpieza y organización, la vida minimalista puede producir cambios en tu vida a un nivel mucho más profundo, crearás nuevo espacio -literal y metafóricamente- para lo realmente importante, para experimentar la vida de otra forma, centrándote en lo importante para tu bienestar psicológico.
Lecturas recomendadas sobre minimalismo
Tatsumi, Nagisa (2016). El arte de tirar. Duomo.
Kondo, Marie (2015). La magia del orden. Aguilar
Jay, Francine (2016). Menos es más: Cómo ordenar, organizar y simplificar tu casa y tu vida. Zenith.
Loreau, Dominique Loreau (2012). El arte de simplificar la vida. Urano.
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Originally posted 2018-07-02 21:00:02.