Si duda te habrás sentido abrumado por la cantidad de información que recibes a diario. Esto ocurre porque, si bien recibimos un caudal de información casi ilimitado procedente de numerosas fuentes, nuestra capacidad para procesar tal volumen es limitada. Se produce pues la sobrecarga de información.
La sobrecarga de información, también conocida como infoxicación o ansiedad por la información, es la dificultad para comprender un problema y tomar decisiones de manera efectiva cuando uno tiene demasiada información sobre ese tema. Generalmente se asocia con la cantidad excesiva de información diaria. El término «sobrecarga de información» se utilizó por primera vez en el libro de Bertram Gross de 1964, The Managing of Organizations, y fue popularizado por Alvin Toffler en su exitoso libro de 1970 Future Shock. Speier y col. (1999) dijo que si la entrada excede la capacidad de procesamiento de la persona, se produce una sobrecarga de información, lo que probablemente reducirá la calidad de las decisiones.
En una definición más reciente, Roetzel (2019) afirmó que cuando un tomador de decisiones recibe muchos factores de información, como complejidad, cantidad y contradicción, la calidad de su decisión disminuye debido a la limitación de recursos del individuo para procesar toda la información y tomar la mejor decisión de manera óptima.
El advenimiento de la tecnología de la información moderna y la hiperconexión ha sido un impulsor decisivo de la sobrecarga de información en múltiples frentes: en la cantidad producida, la facilidad de difusión y la amplitud de la audiencia alcanzada. Los factores tecnológicos se han intensificado aún más por el imparable auge de las redes sociales y la economía de la atención, lo que facilita el robo y la dispersión de una atención que, lógicamente, no es infinita. En la era digital, en la que predomina la cultura de Internet, la sobrecarga de información se asocia con la sobreexposición, la visualización excesiva de información y la abundancia de entrada de información y datos.
Solución para la Infoxicación
En el contexto de la búsqueda de información, los investigadores han identificado dos formas de sobrecarga de información: sobrecarga de resultados (donde hay demasiadas fuentes de información) y sobrecarga textual (donde las fuentes individuales son demasiado largas). La desilusión cuando una búsqueda es más desafiante de lo esperado puede resultar en que una persona sea menos capaz de buscar de manera efectiva.
Nuestros objetivos deben ser dos: Reducir la cantidad de información que consumimos y mejorar nuestro filtrado de la misma. Algunas estrategias eficaces para contrarrestrar la sobrecarga de información y mejorar tu capacidad para procesarla son las siguientes:
- El filtrado implica determinar rápidamente si una determinada información, como puede ser un correo electrónico, se puede ignorar en función de ciertos criterios. Es filtro es el «músculo» que tenemos que ejercitar.
- La abstinencia o Reducción de la información se refiere a limitar el número de fuentes de información con las que se interactúa. Por ejemplo, anular la suscripción de varios periódicos online, revistas, boletines electrónicos o canales de Youtube. Esta estrategia trata de reducir la información entrante.
- Cancelar todas las notificaciones ‘Push’. Las notificaciones de tu ordenador, tableta o dispositvo móvil desvían contínuamente tu atención de lo importante -como tu trabajo- hacia las redes sociales y los correos electrónicos. Desactiva las notificaciones de las aplicaciones y de las redes sociales en tu dispositivo móvil.
- No uses tu teléfono móvil como alarma para despertarte por la mañana, ya que es lo primero que verás cuando despierte, por lo que es probable que lo primero que hagas es revisar tu correo electrónico.
- Las redes sociales son un auténtico agujero negro donde perder nuestro valioso tiempo. Por suerte, existen aplicaciones y programas que controlan, registran y limitan el tiempo que pasas en las redes sociales. Si crees que pasas demasiado tiempo en dichos sitios, considera instalarlas. Si tienes demasiados perfiles en las redes sociales, quizás te hagas un favor eliminando uno o varios de ellos.
- Haz una limpieza de contactos y gente a la que sigues en las redes sociales. También puedes ocultar actualizaciones de amigos menos prioritarios o, en última instancia, eliminar tu cuenta de Facebook u otras redes.
- Si estás suscrito a numerosos blogs, cancela la suscripción de todos aquellos cuyas noticias o actualizaciones no hayas leído en el último mes. Elimina todas las fuentes de información que ya no te aporten nada.
- Utiliza los filtros de spam de tu servicio de email. El filtro realizará filtrados automáticos. Esto te evitará perder muchísimo tiempo abriendo, leyendo o borrando correos electrónicos.
- Cancela la suscripción de los boletines electrónicos que ya no te interesan. Además de evitar la saturación de tu buzón de correo, esto también te evitará realizar compras impulsivas.
- Si estás cansado de ver anuncios y publicaciones en Facebook, Instagram u otras redes sociales. Márcalos como «irrelevantes» para que la red social sepa que ya no tiene que mostrarte más esas cosas.
- Selecciona muy bien lo primero que lees online al comenzar la mañana. Comienza el día llenando tu mente con información positiva y edificante en lugar de negativa y de dudosa procedencia.
- Desconfía de los ‘influencers’ que quieren venderte algo (que si por si no te has fijado son casi todos).
- El uso de aplicaciones y extensiones, como por ejemplo el complemento Inbox Pause para Gmail y Outlook pausa la llegada de correos a la bandeja de entrada. La pausa de la bandeja de entrada evita que lleguen nuevos correos electrónicos a su bandeja de entrada hasta que estés listo para recibirlos. También puedes programarlos para que lleguen en los horarios que tú decidas.
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Originally posted 2022-01-03 17:38:46.