¿Has dicho alguna vez como deportista frases como: «No se dar una patada a un balón» o «Soy el peor jugador del mundo»después de un partido o competición que perdiste? Con estas frases -extrapolables a muchos otros ámbitos de la vida- te estás haciendo mucho más daño del que crees.
Tradicionalmente, los psicólogos del deporte han valorado mucho a los atletas que piensan positivamente en sus inminentes actuaciones. En comparación con los psicólogos del deporte que han demostrado un gran interés en el pensamiento positivo, los teóricos e investigadores no lo han hecho. Como resultado, en la actualidad no existe una base de conocimientos sistemática y exhaustiva sobre qué es el pensamiento positivo. Sin embargo, sería razonable afirmar que el pensamiento positivo es un término amplio que encierra las autoafirmaciones (por ejemplo, me siento fuerte, me mantengo concentrado bajo presión…), imágenes de logro de objetivos exitosos (por ejemplo, ganar una competición importante), así como pensamientos que reflejan optimismo y una inquebrantable confianza en uno mismo.
Aunque el pensamiento positivo puede incluir el recuerdo de éxitos deportivos anteriores, la esencia del pensamiento positivo es un enfoque en los objetivos que tenemos entre manos de proceso y rendimiento y el logro probable de estos. También los factores personales (por ejemplo, los rasgos de la personalidad o la ansiedad) y los sociales (por ejemplo, los comentarios del entrenador sobre el progreso en relación con el aprendizaje de una habilidad) pueden influir en el pensamiento positivo.
Además de los psicólogos del deporte, los entrenadores de todo el mundo valoran claramente el pensamiento positivo. Por ejemplo, sabemos que los entrenadores de tenis norteamericanos y australianos recomiendan a sus jugadores que piensen positivamente y se digan cosas positivas para aumentar sus niveles de confianza. Sin embargo, a pesar de su importancia percibida, esto bastante reciente la identificación y clasificación que los investigadores han realizado sobre el pensamiento positivo orientado al deporte: mentalización, control de la ansiedad, aumento de la confianza e instrucción. Si bien las instrucciones no son necesariamente inherentemente positivas, es probable que la mera presencia del pensamiento directivo ayude con una mentalidad positiva al indicar al atleta que él o ella tiene cierto control sobre la situación.
Se ha demostrado que el pensamiento positivo está fuertemente y positivamente relacionado con la confianza en uno mismo. De hecho, los estudios que involucran a atletas entrenados en el uso del pensamiento positivo han revelado que estos deportistas experimentan una reducción de la ansiedad por la precompetición y niveles elevados de confianza, así como interpretaciones más positivas de los síntomas asociados con la ansiedad. Es decir, es más probable que los atletas vean las características asociadas con la ansiedad (por ejemplo, las conocidas «mariposas en el estómago») como una ayuda más que como un obstáculo para su desempeño posterior. El pensamiento positivo conduce así a una mayor confianza, que, a su vez, ayuda a la ejecución de habilidades y el rendimiento.
El uso de las fuentes de autoeficacia propuestas por Albert Bandura ofrece una guía sobre cómo desarrollar un estado de ánimo positivo y aumentar la confianza deportiva. Por ejemplo, los deportistas pueden ser entrenados para pensar más positivamente a través del uso de claves verbales persuasivas autoadministradas positivas específicas (por ejemplo, «puedo hacerlo», «si él puede, yo también»). La investigación ha demostrado que el uso de estas señales por parte de jugadores de tenis moderadamente capacitados antes de la ejecución de la tarea mejoraron tanto su confianza como sus habilidades.
Si bien los pensamientos positivos específicos parecen ser particularmente beneficiosos para mejorar la confianza (y el rendimiento), hay una serie de técnicas de pensamiento positivo más generales que son dignas de mencionar q que son utilizadas frecuentemente por psicólogos del deporte. Además de monitorizar la mentalidad del deportista (por ejemplo, manteniendo un diario o registro de los aspectos mentales relacionados con el entrenamiento y la competencia), se han propuesto varios métodos para modificar los pensamientos. Estos incluyen dejar de pensar mediante el uso de desencadenantes físicos o verbales (por ejemplo, decir «parar» cuando viene a un pensamiento negativo a la mente), reemplazar afirmaciones negativas con positivas, y otros enfoques basados en la reestructuración del pensamiento, como el reencuadre, que enfatizan aspectos positivos o perspectivas dentro de situaciones aparentemente desfavorables (por ejemplo, una lesión que sive para darmos cuenta de lo mucho que disfrutamos practicando nuestro deporte favorito y ser parte de un equipo).
El pensamiento positivo parece ser particularmente útil cuando los deportistas necesitan hacer frente a la adversidad (por ejemplo, lesiones, estar bajo presión…). En este contexto, el pensamiento positivo puede ayudar al deportista a hacer una valoración más favorable de la situación y a su capacidad para enfrentarla. Por lo tanto, el pensamiento positivo puede tener un efecto directo e indirecto (a través del amortiguador de estrés) en el rendimiento.
Técnicas de pensamiento positivo en el deporte
El pensamiento positivo determina no solo el éxito que podemos alcanzar en la práctica de cualquier deporte, sino también en la manera en que lo disfrutamos. Esta energía positiva es lo que realmente impulsa a un individuo o equipo a avanzar en la búsqueda del desempeño y el rendimiento óptimo. Por el contrario, los pensamientos negativos sabotean lo que en esencia debería ser una experiencia agradable. Los pensadores positivos no sólo disfrutan mucho más del deporte, también lo hacen de la vida en general.
Veamos a continuación algunos consejos prácticos que te ayudarán a dejar de lado la negatividad y a desarrollar la mentalidad positiva cuando practicas deporte.
Céntrate en las cosas que puedes controlar
En realidad, no puedes controlar al 100% la cantidad de goles o de canastas que vas a anotar durante el partido porque tú sólo eres uno de los muchos jugadores en el terreno de juego. Una buena estrategia es no centrarse tanto en los objetivos de resultados, sino en objetivos de proceso y rendimiento, porque son dos cosas que están bajo tu control. El marcaje a tus rivales, si lanzaste a puerta cuando tuviste oportunidad o si te esforzaste lo suficiente. Esto son elementos que están bajo tu control.
Pensar en tu propio rendimiento también te ayudará a identificar aquellas áreas en las que puedes mejorar y marcar la diferencia. De esta manera, serás un activo mucho más valioso para tu equipo.
Sé realista en tus expectativas
Hasta la fecha, en la literatura existente sobre psicología del deporte se ha enfocado el pensamiento positivo desde una perspectiva de «cuanto más, mejor», Sin embargo, existen ya algunas investigaciones que demuestran que con un pensamiento excesivamente positivo, también surgen problemas, en el sentido de que refleja expectativas poco realistas. Lo cierto es que, a veces, tienes que asumir la derrota y reconocer que tus rivales estaban mejor preparados y que te han vencido. Lo que podría parecer una gran derrota podría ser en realidad un resultado fantástico cuando consideras objetivamente su superioridad. Cuidado, esto no significa bajo ningún concepto que debas desarrollar una mentalidad derrotista. Si lo has dado todo para intentar ganar, pero sigues perdiendo, no tiene sentido insistir en ello sin antes analizar y mejorar para seguir adelante.
Busca los aspectos positivos en tus actuaciones
Cuando estés analizando un partido, asegúrate de esforzarte más en reflexionar sobre lo que salió bien en lugar de lo que salió mal. Tal vez hayas hecho algunas buenas jugadas y tu equipo haya marcado un gran gol. Encontrar los aspectos positivos nos estimula para mejorar en otras áreas. Incluso los aspectos negativos pueden convertirse en positivos con la mentalidad correcta.
Sé constructivo y alentador con tus compañeros
El análisis, debate o simple charla posterior a un partido (algunos autores denominan a esto ‘La autopsia’) es parte inevitable y necesaria, pero es aquí donde puede surgir una gran cantidad de negatividad que no queremos.
A veces hay que darle un toque de atención a alguien; pero en lugar de ser abiertamente críticos con ellos (o, lo que es peor, quejarse de ellos a sus espaldas), es mucho mejor preguntarles al respecto sobre lo que ocurrió, ver si tienen alguna sugerencia sobre lo que el equipo puede hacer para ayudar y ser positivos en tus comentarios. Algunos consejos y apoyo son con frecuencia todo lo que los jugadores necesitan para trabajar efectivamente y corregir sus errores.
Los comentarios positivos ayudan a construir vínculos entre los jugadores, vínculos que ayudan a formar verdaderamente un equipo y animan a todos a trabajar duro y apoyarse mutuamente. Gritar a la gente cuando comete un error no es una gran técnica de motivación.
Rodéate de personas positivas
No es divertido jugar con gente que está todo el rato protestando y quejándose. En cuanto hay dos o tres personas de este tipo tu energía se vendrá abajo y entrarás en una espiral descendente de negatividad y descontento.
No seas tan duro contigo mismo
Es fácil recrearse en los propios errores, pero oye, nadie es perfecto. Reconoce el error y aprende de él: «No debería haber cometido ese error, pero sucedió. Ahora lo único que puedo hacer es aprender de eso y seguir adelante para que no vuelva a suceder «. Los errores no son más que oportunidades de aprendizaje.
Desafía tus pensamientos negativos
¿Sientes que te viene un pensamiento negativo que te atormenta durante un partido? Córtalo de raíz (diciendo «Para» mentalmente e incluso en voz alta si lo necesitas) antes de que se convierta en destructivo. Si al final del partido aún no puedes quitártelo de la cabeza, compártelo de manera constructiva con tus compañeros de equipo.
Aprende a apreciar los éxitos
Barbara Fredrickson, investigadora de psicología positiva en la Universidad de Carolina del Norte, publicó un estudio que mostró el poder de centrarse en los aspectos positivos. En un artículo publicado en el Journal of Research in Personality, se encontró que cuando un grupo de 45 estudiantes escribía sobre una experiencia sumamente positiva cada día durante tres días consecutivos, tenían mejor humor y enfermaban menos que otro grupo de 45 estudiantes que escribieron sobre cosas neutrales. Cuando tengas una experiencia positiva en tu práctica del deporte, sonríe, asegúrate de tomarte tu tiempo para disfrutarlo y diviértete.
Referencias bibliográficas
- Hatzigeorgiadis, A., Zourbanos, N., Mpoumpaki, S., & Theodorakis, Y. (2009). Mechanisms underlying the self-talk-performance relationship: The effects of motivational self-talk on self-confidence and anxiety. Psychology of Sport and Exercise, 10, 186–192.
- Seligman, M. (1991). Learned optimism. New York: Knopf. Zinsser, N., Bunker, L., & Williams, J. M. (2010). Cognitive techniques for building confidence and enhancing performance. In J. M. Williams (Ed.), Applied sport psychology: Personal growth to peak performance (6th ed., pp. 305–335). Boston: McGraw-Hill.
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Originally posted 2019-07-08 12:06:54.